El aborto en el Líbano esta restringido legalmente y es criminalizado por el Código Penal del Líbano desde el año 1943. De acuerdo con la ley libanesa, cualquier persona que acceda o busque acceder a un aborto o que participe en un procedimiento de este tipo será juzgado y castigado con la privación de la libertad y/o con una penalización monetaria, lo cual significa que ningún profesional, entidad o institución tiene permitido ofrecer servicios de aborto. Desde la creación de esta regulación se ha presentado en los entes estatales el debate sobre el aborto varias veces, pero hasta el momento solamente se han emitido unos cuántos mecanismos que abordan el aborto donde se contemplan las excepciones donde se puede hablar de un aborto legal, el cuál únicamente podría realizarse por médicos en circunstancias específicas.
Estas circunstancias se limitan a situaciones donde la vida de la persona embarazada corre peligro y el embarazo representa un riesgo para esta. El profesional de la salud encargado debe recurrir a la opinión médica de dos profesionales de la salud diferentes quienes deben acordar que en efecto el embarazo representa un peligro para la vida de la persona y la única forma de salvaguardar la vida es a través de un aborto.
La sociedad y el contexto libanés dan lugar a una multiplicidad de factores relativos a la inestabilidad económica del país, la cultura conservadora que se apega al islam para dictaminar la ley y los estándares sociales y morales, que hacen que el aborto sea un tema marcado por la estigmatización y una visión sexista donde la mujer tiene grandes limitaciones para el libre ejercicio de sus derechos. Adicional a esto, el sistema político del país está direccionado a atender problemáticas inmediatas tanto del país como de la región donde se encuentra ubicado, pues debido a los conflictos limítrofes, las olas migratorias de países vecinos, sumado a la situación económica compleja, el aborto es un tema que no es prioritario en los sectores generadores de políticas ni tomadores de decisión.
Este es un tema que al ser estigmatizado profundamente, ignorado por el ámbito político y censurado en muchos casos, representa una problemática con diferentes capas, donde la existencia de servicios al margen de la ley y no regulados, los abortos inseguros, la persecución legal son sólo algunos de los factores a tomar en cuenta.
Ley y Regulación
La ley de aborto en el Líbano
“En los artículos 539 a 546 del Código Penal, el derecho libanés penaliza el aborto por tratarse de una cuestión relacionada con las creencias religiosas de las distintas confesiones reconocidas en el Líbano.
El Código Penal penaliza específicamente los siguientes actos
- La difusión, promoción o facilitación de medios abortivos.
- La venta, la exposición para la venta o la adquisición con intención de venderlo de cualquier instrumento que provoque el aborto, o la facilitación en forma alguna de la utilización de dicho instrumento.
- El aborto de la mujer por sus propios medios, cualesquiera que sean los métodos que utilice, la mujer o terceras personas con el consentimiento de esta.
- Proceder por cualquier medio a fin de que una mujer aborte, o intentar que aborte, con su consentimiento o sin él.
En este contexto, es preciso destacar las siguientes cuestiones:
- Se beneficiará de una excusa atenuante la mujer que aborte para preservar su honor, así como quien cometa un delito de aborto para preservar el honor de alguno de sus descendientes o parientes femeninos en primer o segundo grado;
- Se endurecerá la pena cuando el aborto lo cometa un doctor, un cirujano, una comadrona, un farmacéutico o alguien que se valga de ellos, ya sea como autores, instigadores o cómplices. El culpable será objeto, además, de incapacitación o inhabilitación para el ejercicio de su profesión, incluso aunque no dispusiera de un permiso de las autoridades o de una licencia;
- La ley autoriza el aborto en todos los casos en los que la vida de la madre corra peligro.”
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS
LISTA DE CUESTIONES RELATIVAS AL TERCER INFORME PERIÓDICO DE LÍBANO
El Código Penal libanés del año 1943 contempla el aborto como ilegal en los artículos 539 al 546, y solamente se la revisado el contenido de la ley una vez, en el año 1969 con la emisión del Decreto Presidencial número 13187. En este caso la ley no solamente toma a la persona que se realiza un aborto como objeto de regulación, sino también a quien intente realizarlo, e incluso a cualquier persona que provea o intente proveer un servicio de aborto, y de hecho, en el artículo 540, se establece un castigo para quien provea, promocione, venda artículos u objetos que produzcan abortos [1]. Es decir, toda persona que esté involucrada con un proceso de aborto, desde proveer el servicio o los implementos, hasta promover el aborto en sí es sujeto de ser juzgado por la ley y puede recibir un castigo.
Por otro lado, el artículo 542 [2] también menciona el trabajo como una pena alternativa para quien provea un aborto y este resulte en la muerte de la persona en embarazo, siendo una agravante para la situación. En los artículos que le siguen también se mencionan los casos en donde el aborto se realiza sin el consentimiento de la persona embarazada, en cuyo caso también habrá una pena en caso de realizar un aborto y otra en caso de que esto resulte en la muerte de la persona embarazada. Ahora bien, el artículo 545 estableces una causa mitigante para la pena en caso de realización de un aborto que es para “salvaguardar el honor” de la persona embarazada, punto que abre una ventana de discusión ante el contenido moral de la ley, sus implicaciones para la salud y los derechos sexuales y reproductivos en función de estándares sociales que resultan limitantes para personas en embarazo.
En el año 1969 se revisitó el asunto del aborto en los entes regulatorios, y se emitió el Decreto Presidencial número 13187 el cuál planteó que si bien el aborto sigue siendo ilegal, es permitido en casos excepcionales donde la vida de la persona embarazada (o madre como menciona el texto) corra peligro. En caso de ser así, el profesional de la salud (o médico o cirujano dice el texto) debe consultar con dos profesionales más (médicos) que deben concordar con que el embarazo pone en peligro la vida de la persona embarazada. Adicionalmente, la persona embarazada debe dar su consentimiento para llevar a cabo el aborto en estos casos, y si esta llega a estar inconsciente o en un estado muy delicado, se podrá realizar el procedimiento incluso sin aprobación del esposo o familiares cercanos. Por último, se establece que en caso de que las creencias religiosas del profesional que realizaría el procedimiento o lo aprobaría, este puede retirarse del caso y permitir paso a algún profesional para que trate a la persona [3].
Es importante recalcar que el Líbano ha tenido una tradición histórica conservadora, donde el islam y los valores propios de la religión han estado presentes junto con valores religiosos católicos, pues estas son las dos religiones con más adeptos en el país, como plantea Zaina Fathallah en su trabajo publicado en el año 2019 que habla sobre el acceso de las mujeres en el Líbano a servicios seguros de aborto. Estos valores y estándares morales no contemplan que el sexo deba ser abordado fuera del matrimonio y tiene una función reproductiva principal, lo cuál implica que existe estigma y señalamiento a la idea de las relaciones sexuales premaritales, e incluso ante los métodos no solamente de aborto sino también anticonceptivos.
Esta criminalización del aborto y la estigmatización de la salud y los derechos sexuales y reproductivos han traído consigo que los servicios de aborto en el país hayan tenido que recurrir a la clandestinidad, a escenarios donde la regulación no es posible y al miedo, abriendo lugar a abortos inseguros, falta de información, y peligros muy grandes para quienes busquen acceder a un aborto. No solamente las personas embarazadas que busquen abortos son perseguidas por la ley, sino cualquier persona que pretenda ofrecer una guía, apoyo u opciones, causando miedo para múltiples sectores de la sociedad.
Adicional a esto, precisamente a raíz del miedo y a la persecución legal, no existe en el país un seguimiento juicioso ni transparente sobre las cifras de abortos (legales o ilegales) en los últimos años y por lo tanto hay bastantes vacíos de información sobre el tema.
Hechos y números
¿Cuántos abortos se practican en el Líbano?
Existen grandes vacíos de información ya que, por la situación legal del aborto en el Líbano, no hay un seguimiento claro traducido en cifras del aborto en el país. Se reporta que la ilegalidad del aborto no ha resultado en que sea un procedimiento que se erradique, sino que al contrario, las personas que deben acceder a este buscan los medios necesarios, incluso en algunos casos recurriendo a centros médicos donde los profesionales de la salud llevan a cabo el procedimiento de manera clandestina, no solamente corriendo con el riesgo de ser criminalizados, sino además con la posibilidad de establecer precios en muchos casos inalcanzables o bajo condiciones complicadas para la persona que busque abortar.
Por la dificultad que implica acceder a un aborto, las personas que buscan el servicio en centros de salud, en caso de que algún profesional de la salud acceda a realizar el procedimiento bajo cuerda, la persona se verá obligada a pagar cualquiera sea la tarifa que se determine, ya que precisamente el profesional pone en juego su propia seguridad y libertad al llevarlo a cabo, tal como reporta el artículo del año 2003 Abortion in Lebanon, ¿Practice and Legality? publicado por el diario Al-Raida. Además, el aborto no está cubierto por ningún servicio de seguro de salud del país, lo cuál implica que la persona que acceda aun aborto en cualquier situación, tendrá que correr con todos los gastos que esto puede implicar (Khatoun, Maya, Hassan, Afamia, pg. 56, 2003). Por supuesto, de esto no existen registros ni seguimiento que permita dar cuenta de datos puntuales del número de abortos legales o ilegales realizados.
Por otro lado, al ser la mortalidad materna y la demografía libanesa un aspecto que si resulta relevante para las instituciones estatales y oficiales, existe un reporte del año 2014 realizado por el Vital Observatory Ministry of Health que ofrece cifras de aborto durante ese año en el país.
Esta cifra únicamente se limita a los abortos considerados legales bajo el marco jurídico nacional y no indaga en los procedimientos llevados a cabo al margen de la ley. No se tiene conocimiento de cifras de la totalidad de abortos realizados en el país, y no existen cifras actualizadas al respecto.
Opinión pública
Lo que creen las personas libanesas sobre el aborto
La sociedad libanesa está fundamentada sobre valores conservadores que no solamente responden a su herencia islámica, sino que también corresponde a la multiplicidad de credos que existen en el país, donde incluso el catolicismo tiene un número elevado de adeptos. Sin embargo, en lo que respecta al aborto, preceptos morales que ven el aborto no solamente como algo prohibido, sino que además ven la salud reproductiva y la salud sexual como un tema que no tiene características más allá de la visión utilitaria de las relaciones sexuales con el fin de lograr la reproducción. De hecho, en la cultura del país la idea de la virginidad de una mujer es de gran importancia y está relacionada con la valía de una mujer, ya que se habla de esta como un indicio del honor de una mujer e incluso de su familia (Beirut Today, 2021).
En vista de que el Código Penal considera que la propaganda o propagación de información sobre el aborto es criminalizada y objeto de persecución legal, la disponibilidad de información verídica sobre el aborto es limitada. Esto sumado a que existen conceptos vigentes determinantes para la calidad de vida y el día a día de las y los libaneses como el “honor”, la idea general que existe en el país sobre el aborto suele estar direccionada hacia este como un “acto deliberado de asesinato” (Beirut Today, 2021). Ya que el aborto se equipara con el asesinato, y se aborda como un crimen, la información errónea (o falta de información) tiene la facilidad de esparcirse a través de las generaciones y de los contextos socio-culturales que tienen estas ideas como parte de su estructura de pensamiento, tanto así que el diario Beirut Today reportó en el año 2021 que “las madres desinforman a sus hijas (…) por ejemplo, en el Líbano, las mujeres creen que tomar pastillas anticonceptivas puede resultar en la infertilidad” (Beirut Today, 2021).
Este tipo de información errónea no solamente está dirigida al aborto, sino también a casi todos los frentes que tienen que ver con la salud y los derechos sexuales y reproductivos. De hecho, en los planes educativos y de estudio de los colegios del país no se menciona ni se enseña nada relacionado a educación sexual, de manera que todo lo que tiene que ver con este tema se relega a un ámbito moral, cuyo contexto está enmarcado como se mencionó anteriormente, en una sociedad que considera el honor como una prioridad y a la virginidad y el desarrollo sexual (por fuera del matrimonio o sin fines puramente reproductivos) como algo contradictorio a la moralidad.
Un reporte de la USAID del año 1975 se realizó con el fin de obtener una idea general de aspectos como el aborto, los métodos anticonceptivos, la esterilización, entre otros con el fin de investigar sobre la población y la ley en el Líbano. Este estudio fue realizado en un número de habitantes relativamente pequeño, (aproximadamente 100 encuestados) de diferentes religiones (donde las dos predominantes fueron el islam y el cristianismo). De la totalidad de los encuestados, 8% expresaron estar de acuerdo con el aborto en cualquier circunstancia; el 4% estaba de acuerdo con que se realizara un aborto en caso de que la vida de la persona embarazada corra riesgo; la mayoría de la población encuestada estaba en desacuerdo con el aborto basado en estándares morales y religiosos (USAID, 1975, pg. 7). Este informe está bastante desactualizado, pero es de los pocos materiales que hacen seguimiento al tema que brinda cifras, no existe realmente una actualización de las últimas décadas al respecto.
Personas que buscan abortar
Personas que buscan abortar en Líbano
Acceder a un aborto en el Líbano puede ser una labor difícil, costosa y llena de riesgos. Es un procedimiento que incluso en los casos en que se contempla como una medida excepcional permitida, no hay cobertura del procedimiento por parte de seguros médicos, y que en los casos donde se realiza al margen de la ley, puede llegar a ser muy costoso ya que el precio es determinado por el profesional de la salud, podría decirse que a su discreción, teniendo en cuenta que al realizar el procedimiento este se está arriesgando a la persecución legal al cometer un acto ilícito. Para el año 2003, en la publicación de Al-Raida se realizaron estudios e investigaciones donde se consultó con profesionales de la salud que habían realizado abortos ilegales, y de acuerdo con declaraciones se estimaba el costo de un aborto entre los $300 y los $1200 dólares (Khatoun et al. 2003, pg. 56), rango que varía dependiendo de las condiciones del procedimiento en caso de realizarse en un quirófano, de requerir algún implemento, y el valor que determine el médico por el riesgo que puede correr.
El alto costo monetario que esto implica representa en sí uno de los mayores obstáculos que pueden encontrar las personas que busquen un aborto, pues es un costo que deben asumir en su totalidad sin ningún tipo de ayuda de seguros, auxilios, y se suma al peligro que puede implicar al ser un acto criminal. Por ende, la población que puede acceder a un aborto, especialmente un aborto ilegal (en caso de no estar dentro de los casos excepcionales tipificados en la ley) es reducida y es determinada en gran parte por la capacidad de tener los fondos suficientes para costear el procedimiento. Esto también está relacionado con el hecho que uno de los motivantes para una persona buscar un aborto es la falta de recursos económicos y la carga económica que puede representar a la hora de tener un hijo. Así que para quienes encuentran barreras y dificultades económicas que influyen en el proceso de toma de decisión, el hecho que un aborto tenga un costo tan elevado puede resultar una barrera enorme (Khatoun et al., 2003).
Un factor importante para considerar también es el estado marital de la persona que busque un aborto, pues cuando se presenta un caso donde se busca un aborto y la persona no se encuentra casada, entra a tener relevancia la idea del estigma que acompaña la vida y salud sexual, pues las relaciones sexuales premaritales a pesar de no estar reguladas por la ley, si son sujeto de preconcepciones de la sociedad que las castigan y señalan. De manera que cualquier persona soltera que acuda a servicios de salud y que llegue a mencionar la posibilidad de un aborto, o incluso el hecho de tener relaciones sexuales premaritales ya se abre a la posibilidad de ser estigmatizada o estigmatizado y su moralidad y honor puesto en tela de juicio. Incluso este también puede llegar a ser otro motivante para buscar acceder a un aborto, porque el embarazo por fuera del matrimonio es severamente juzgado en la sociedad y señalado como algo contrario a la honorabilidad de una persona e incluso de su familia.
Estos dos aspectos sumados llevan a que según Khatoun et al., en su estudio del año 2003 identificaran a las personas (o mujeres en el caso del estudio específico) solteras de recursos socioeconómicos bajos como las más vulnerables en temas de aborto, pues es para quienes más obstáculos y barreras existen. “El estatus marital y el trasfondo socioeconómico conforman la posibilidad de acceso a un aborto seguro y cuidado” (Khatoun et al, 2003, pg. 22).
Es de resaltar también que tanto la ley como la limitada literatura que existe en torno al tema se refiere siempre a las mujeres como los sujetos exclusivos que accederían a abortos, dejando completamente por fuera del panorama a personas queer, no binarias, trans, y diferentes minorías que no son contemplados por ningún lado en la ley. Esto se suma a otra gran brecha y vacío de información y conocimiento ante la situación. No existe información actualizada sobre quienes acceden al aborto ni servicios relacionados en el Líbano.
Métodos de aborto
Cómo abortar en Líbano
Contexto cultural
¿Cómo afecta el entorno cultural al acceso al aborto en Líbano?
El Líbano es un país multicultural y diverso, cuya constitución es de naturaleza secular, lo que significa que no está basada en la religión ni en preceptos religiosos. Sin embargo, las principales religiones profesadas por su población son el islam y el catolicismo (Fatallah, 2019, pg 25). Estas religiones monoteístas suelen estar intrínsecamente relacionadas con los sistemas morales de sus practicantes y suelen ser claras con respecto al aborto al considerarlas un pecado. Es importante comenzar por aquí, ya que se reconoce que en el Líbano “Los políticos dependen de los líderes religiosos por su apoyo. A su vez, las políticas son influenciadas en gran medida por las aspiraciones de las creencias de los líderes religiosos” (Khatoun et al, 2003). Además, este no es un asunto prioritario para el gobierno, en parte porque no se considera que deba haber mucha discusión ante el estado actual de la ley que lo prohíbe, y en parte porque existen problemáticas nacionales y regionales que tienen más prioridad en la agenda.
El aborto está prohibido por ley en el Líbano desde el año 1943 y su prohibición y regulación solamente ha sido revisado en pocas ocasiones desde entonces. Desde la década de los 90 el país ha estado atravesando diferentes tipos de crisis que han resultado en un contexto económico y social frágil, donde la protección y promoción de los derechos humanos no han sido la prioridad del gobierno, el cuál se reconoce como sectorizado y cercano a las élites religiosas del país.
Es uno de los países firmantes de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Violencia y Discriminación contra la Mujer, pero a su vez, diferentes organizaciones y organismos internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ONU Mujeres, y el Fondo para las Poblaciones de la ONU han emitido recomendaciones y llamados de atención al Líbano debido a la situación actual de la mujer en el país. Dentro de los llamados de atención, la salud y los derechos sexuales y reproductivos han sido mencionados, pues se reconoce que el marco jurídico libanés junto con su contexto socio-cultural, no son espacios que permitan el libre desarrollo y cumplimiento de este tipo de derechos. También se ha señalado la necesidad de discutir, revisar y formular alternativas o maneras de regular el aborto, incluso mencionando ejemplos que pueden ser tomados en cuenta como lo es Túnez [4].
Estas recomendaciones fueron formuladas en vista de que el contexto libanés y la formulación de regulaciones, prohibiciones y penalidades frente al aborto aborda conceptos que pueden no ir en la misma dirección que los regimenes de derechos humanos. Estos conceptos incluyen la idea de salvaguardar el “honor” de una persona en relación con su virginidad, con el hecho de tener relaciones sexuales fuera o antes de un vínculo matrimonial, e incluso su estado marital en relación con el tipo de relación sexual que da lugar a un embarazo.
La idea del honor ha sido un motivo para que se realicen abortos clandestinamente, pues al ser un embarazo una confirmación de haber tenido actividad sexual, mujeres o personas que no se encuentren casadas a la hora de estar en embarazo, pueden ser estigmatizadas o señaladas por su entorno al haber mantenido relaciones sexuales extra o premaritales, lo cuál no es bien visto por la sociedad. Así que para proteger el honor, se han llevado a cabo abortos, con el fin de que esa persona pueda más adelante contraer matrimonio con su honor intacto.
También se ha discutido el aborto como una manera de promover y defender la autonomía en cuanto a la planificación familiar, ya que incluso personas que se encuentran casadas y no ven un embarazo como parte de su proyecto de vida como personas o como pareja, no pueden legalmente acceder a un aborto, aunque incluso a pesar de la ilegalidad, es una de las motivaciones que llevan a las personas a recurrir a servicios no regulados o no permitidos por la ley. Esto abre la puerta a otra problemática que también está relacionada con la autonomía de la mujer en el país, y es que se ha reportado que incluso en esas situaciones la decisión no depende de la mujer, sino de su pareja, la cuál debe consentir con que se realice el procedimiento (Fathallah, 2019), relegando su autonomía a un segundo plano sobre la de su cónyuge, el cual en este país se asume debe ser un hombre.
En otros casos, como reporta Fathallah en su trabajo del 2019, la situación puede ser diferente en la medida en que puede ser el cónyuge o la pareja de la persona en embarazo quien ejerza presión para que se lleve a cabo el procedimiento, incluso si no es el deseo de la persona embarazada. También Sarah Awji menciona este factor, donde parafraseando a una artista libanesa, “las parejas masculinas – incluso a veces los mismos doctores – suelen considerar el embarazo, los anticonceptivos y el aborto como un asunto que respecta estrictamente a la mujer. Los hombres culpan a la mujer de los embarazos no deseados, pero siempre quieren liderar en el proceso de toma de decisión” (Beirut Today, 2021). Así se evidencia que existen obstáculos enormes para que una persona acceda a un aborto, que no solamente tienen que ver con la regulación o la ley, sino también con el contexto social y el imaginario cultural.
Las atenuantes que existen actualmente para los casos donde se realicen abortos, ahora incluyen el ámbito del honor (de acuerdo con el artículo 545 del Código Penal), lo cuál se tomará en cuenta en caso de presentarse un aborto ilegal, para que al ser juzgado la pena tenga presente este factor al ser emitida. En estos casos, no sería aplicada la pena máxima que sería originalmente de privación de la libertad durante tres años, sino que se consideraría una un poco más corta como la privación de la libertad durante mínimo seis meses, o en el caso de juzgar a alguien que realice un aborto o haya tenido alguna participación, trabajo forzado.
Hasta la actualidad, este tema no ha representado una prioridad en la agenda política del país, e incluso a pesar de llamados de atención por parte de la comunidad internacional para que sea abordado, existen temas mucho más prioritarios para el gobierno. No ha sido realmente un tema que dependa de la política de gobierno, sino más bien de la política de Estado y que sobre todo se encuentra enmarcado en una sociedad y una cultura que todavía no lo discute abiertamente y le impone un estigma muy grande. Todavía queda un largo camino por recorrer y para que la sociedad civil encuentre espacios para hacerse escuchar.
Impacto de COVID-19
¿Cómo influyó la pandemia de Corona en los abortos en Líbano?
La pandemia trajo consigo aún más obstáculos y dificultades para las personas que necesitan acceder a un aborto en el Líbano, ya que las prioridades del gobierno nacional y de sus instituciones se centraron en hacer frente a los retos del COVID-19. “Para tratar el COVID-19, los hospitales y las clínicas quitaron prioridad a los demás servicios que prestaban, incluido el aborto” (Beirut Today, 2021). El aborto ya se consideraba un asunto no prioritario, pero con la llegada de la pandemia y la necesidad de actuar con rapidez para hacer frente a la crítica situación, quedó relegado a un segundo plano.
Además de esto, debido a las políticas de aislamiento que se recomendaron en todo el mundo, se informó de que el acceso a la información y a los servicios de este tipo también se vio afectado. Debido al aislamiento y a la ilegalidad del aborto en el país, se hizo aún más difícil acceder a servicios de salud sexual o relacionados con la planificación familiar (Beirut Today, 2021). También se informó de que el 42,43% de las personas no podían acceder a servicios de salud sexual o servicios relacionados con la planificación familiar desde la llegada del COVID-19, y el 83% informó de que el miedo a la transmisión del COVID-19 era otra barrera para acceder a dichos servicios (Beirut Today, 2021).
Junto con el aislamiento, se produjo un aumento del número de embarazos no deseados (de las cuales el 80% tenía antecedentes de embarazos no deseados y el 50% informó de que deseaba dejar de tener hijos) [5]. Sumando estos números a la dificultad de acceso a los servicios de salud, podemos analizar que la situación en torno al aborto en el país se tornó aún más difícil y compleja debido al contexto de aislamiento y priorización del tema que la pandemia trajo consigo.
Lo que no sabemos
La brecha de datos en el Líbano
Aunque se dispone de algunos datos, para poder tener una visión completa de la situación del aborto en Líbano los estudios requerirían responder a las siguientes preguntas:
Recursos